Este personaje era una de las principales deidades tanto para los acadios como para babilónicos, y también para los sumerios.
Enki, un creador de los humanos. |
Según relatan los historiadores, Sumeria fue la cuna de la primera civilización de la Humanidad. En esta planicie del Medio Oriente se dio origen al pueblo sumerio (año 3.000 AC), el cual fue la cuna del imperio Acadio (2.500 AC), y con posterioridad al imperio Babilónico (1.930 AC). La conjunción de estas tres culturas (sumeria, acadia y babilónica) más el pueblo asirio conformaba lo que se conocía como civilización mesopotámica. En aquel entonces, Mesopotamia estaba limitada por los ríos Tigris y Éufrates, y se dividía en Asiria (al norte) y Babilonia (al sur), estando esta última conformada por Acadia (parte alta) y Caldea (parte baja).
Dentro del panteón politeísta de los pueblos mesopotámicos, uno de sus principales dioses fue Enki, deidad originalmente sumeria, el cual fue adoptado bajo ese mismo nombre (y además el de Ea) por los acadios y babilónicos. Enki era el dios del viento y de la tierra, siendo el exclusivo patrono tanto del arte como de la agricultura. Además se le atribuía la creación de los primeros hombres.
Acorde a los relatos de la antigua Mesopotamia, Enki era hijo del dios Anu y hermanastro de Enlil, siendo esta tríada las tres deidades más importantes del panteón babilónico. Generalmente se le muestra como un hombre barbudo vertiendo agua, pero también tiene otras representaciones bastante más extrañas debido a su vinculación con las aguas y los peces. Sus símbolos eran tanto la cabra como el pez, motivo por el cual tanto en Astronomía como en Astrología se suele asociar a Acuario con Capricornio.
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