Se estima que en todo el mundo existen entre catorce mil a veinte mil especies distintas pertenecientes a la familia Formicidae.
Ningún otro animal de todo nuestro planeta es tan abundante como las hormigas. Aunque contrario a lo que muchas personas piensan, no existe una sola especie de hormiga, sino que se trata de una familia (Formicidae), la cual está compuesta por entre catorce mil y veinte mil especies diferentes. Calcular el número total de estos insectos en todo el orbe es muy difícil, pero según estimaciones de la ciencia se presume que sería entre mil billones y diez mil billones de individuos.
Los números relativos al total de las hormigas en el mundo son realmente impresionantes. De hecho, se calcula que toda esta familia conforma más o menos el 15 a 25% de toda la biomasa de los animales terrestres. Las claves para el éxito evolutivo de estos diminutos seres se encuentra en su intrincada organización social, su capacidad de defensa en equipo, su habilidad para modificar diversos hábitats, y su extraordinaria facultad para aprovechar todos los recursos que tengan disponibles en el entorno que las rodea.El nombre Formicidae está dado por la facultad de las hormigas de producir ácido fórmico, con el cual disuelven parte de los vegetales que comen. Éste es un ácido orgánico de un sólo átomo de carbono, por ende es el ácido orgánico más simple de toda la naturaleza.
El período de vida que puede llegar a alcanzar una hormiga es muy fluctuante. La mayoría de las obreras en gran parte de las especies viven unos seis meses, sin embargo las hormigas reinas tienen una sobrevida mucho más longeva, de hasta nueve años. Incluso existen especies donde la reina es capaz de durar unos 45 años desde que nace hasta que muere. Además, el tiempo que duermen también es variable: las obreras descansan poco más de cuatro horas diarias, y las reinas unas nueve horas. Y como curiosidad: estudios científicos aseguran que estos insectos incluso hasta son capaces de soñar.
Las hormigas aparecieron en el mundo hace unos cien millones de años, evolucionando a partir de antepasados comunes muy parecidos a las avispas. En otras palabras, las primeras hormigas vivieron durante el Período Cretácico, cuando el mundo era dominado por otras criaturas muchísimo más grandes y poderosas, pero que sin embargo no fueron capaces de sobrevivir tanto tiempo como ellas: esas criaturas eran los imponentes dinosaurios.
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