Este dinosaurio fue uno de los predadores más terribles de todo el período Cretácico.
Hace unos 72 millones de años apareció en Sudamérica uno de los dinosaurios cazadores más temibles de todos los tiempos: el Carnotaurus sastrei. Esta especie fue la única representante del género Carnotaurus (que significa "Toro carnívoro"). La denominación "sastrei" es honor a Anselmo Sastre, el dueño del predio argentino en dónde se encontraron los restos de esta siniestra criatura del Cretácico.
El Carnotaurus fue un terópodo (dinosaurio bípedo cazador) de tamaño mediano, el cual medía poco más de 3,5 metros de altura y 9 metros de largo. A pesar de ello, tal vez uno de los factores que lo hacía ser realmente peligroso era su constitución ligera (pesaba solamente poco más de dos toneladas), por lo que sus violentos movimientos eran muy veloces. Sin dudas se trató de un carnívoro bastante intrépido y rápido, que al parecer atacaba en grupos, lo que lo hacía ser aún más peligroso.
Su cráneo de sólo 60 centímetros era más chico que el de muchos de sus parientes terópodos, y a su vez sus brazos también eran más cortos. Sin embargo, su cualidad realmente distintiva (y que le daba su particular denominación) eran los dos cuernos laterales que salían de su cabeza, similares a los de un toro. Si bien hay muchas hipótesis al respecto, la ciencia no ha podido comprobar si la función de esos cachos era defensiva o sólo decorativa.
Hace unos 72 millones de años apareció en Sudamérica uno de los dinosaurios cazadores más temibles de todos los tiempos: el Carnotaurus sastrei. Esta especie fue la única representante del género Carnotaurus (que significa "Toro carnívoro"). La denominación "sastrei" es honor a Anselmo Sastre, el dueño del predio argentino en dónde se encontraron los restos de esta siniestra criatura del Cretácico.
El temible Carnotaurus. |
El Carnotaurus fue un terópodo (dinosaurio bípedo cazador) de tamaño mediano, el cual medía poco más de 3,5 metros de altura y 9 metros de largo. A pesar de ello, tal vez uno de los factores que lo hacía ser realmente peligroso era su constitución ligera (pesaba solamente poco más de dos toneladas), por lo que sus violentos movimientos eran muy veloces. Sin dudas se trató de un carnívoro bastante intrépido y rápido, que al parecer atacaba en grupos, lo que lo hacía ser aún más peligroso.
Su cráneo de sólo 60 centímetros era más chico que el de muchos de sus parientes terópodos, y a su vez sus brazos también eran más cortos. Sin embargo, su cualidad realmente distintiva (y que le daba su particular denominación) eran los dos cuernos laterales que salían de su cabeza, similares a los de un toro. Si bien hay muchas hipótesis al respecto, la ciencia no ha podido comprobar si la función de esos cachos era defensiva o sólo decorativa.
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