Este pueblo amerindio se caracterizó por la utilización de variadas pinturas corporales, las cuales reflejaban los estados de ánimo de estas personas. Además, usaban insólitas vestimentas en sus extraños ceremoniales.
La cultura Selknam debe de ser una de las más incomprendidas del mundo, pero también una de las más ricas desde el punto de vista de su inconfundible acerbo cultural. Este pueblo amerindio recibió diversas denominaciones durante su existencia, todas las cuales son correctas: Selknam, Selk´nam, Dewak y Onas. Los tres primeros era el nombre que le daban sus vecinos los tehuelches, mientras que ona es una palabra que proviene del idioma hablado por los yaganes.Los Selknam u Onas vivieron en el extremo más austral del mundo, sólo poco antes de llegar a la Antártica. Habitaron vastas zonas del sur de Chile y Argentina, principalmente en lo que se conoce como Tierra del Fuego: lugar cuya denominación hace referencia a las múltiples fogatas que la expedición de Hernando de Magallanes logró ver desde el estrecho que actualmente lleva su mismo nombre.
Durante el período precolombino hasta principios del siglo XX, la zona más meridional de Chile y Argentina estuvo poblada por al menos cinco pueblos distintos: Alacalufes (o Kawesqar), Yaganes (o Yámanas), Haush (o Mánekenks), Selknam (u Onas) y los Tehuelches (o Aonikenk). Todos ellos eran grupos nómades, cuyas principales actividades eran la caza, la pesca y la recolección de frutos y semillas. Ninguna de estas culturas era belicosa; de hecho todas fueron bastante pacíficas, incluso en los momentos más difíciles y traumáticos de su existencia.
Uno de los aspectos más interesantes de la cultura Selknam eran sus extraños y curiosos atuendos, los cuales además iban de la mano con una serie de pinturas corporales y también el uso de misteriosas y enigmáticas máscaras ceremoniales. Pese al frío de un lugar gélido como pocos en el orbe, muchas veces estos indígenas aparecían desprovistos de ropa, y sólo cubiertos con sus raras vestimentas y sus pinturas multicolores. Su aspecto era único en el mundo, siendo hasta el día de hoy uno de los pueblos originarios más extraños que ha existido.
Sin embargo, es imposible referirse al pueblo Selknam sin hablar del cruento y sanguinario genocidio que terminó con casi todos sus integrantes, el cual se desarrolló a principios del siglo XX tanto en Chile como en Argentina. En ese lamentable suceso, parceleros pagados por particulares y con el beneplácito de ambos estados, protagonizaron el más macabro exterminio masivo de seres humanos que se haya registrado en toda Sudamérica. Algunos colonos le pagaban altas sumas a los denominados "cazadores de indios", los cuales cobraban cierta cantidad de dinero por llevarles los testículos cortados a un ona varón o los senos extirpados de una mujer selknam, y un monto algo menor por las orejas de los niños.
A principios del siglo XX se estima que los cazadores argentinos, chilenos y también europeos exterminaron al menos a 4 mil onas en pocos años, aunque otras estimaciones hablan de números de decesos considerablemente mayores. Fue un exterminio brutal, que hasta ahora es considerado como el único genocidio masivo en la historia de ambos países sudamericanos, y además la peor masacre que haya existido en esta parte del globo.
En la actualidad hay algunas personas -muy pocas- que todavía son descendientes de los Selknam. Sin embargo, ya no existe ninguno que sea un ona puro. El 2 de junio de 1999 murió Virginia Choquintel, mujer argentina a la que se le considera como la última selknam pura, es decir hija de onas por el lado materno y paterno. En pleno siglo XXI, esta etnia está prácticamente extinta, pero su cultura sigue viva entre algunas personas que de vez en cuando los recuerdan como uno de los pueblos más únicos e inconfundibles que alguna vez haya existido en el extremo más austral del mundo. Un legado que pese a todo, todavía se niega a morir...
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