Este término acuñado en el año 1860 actualmente está obsoleto, siendo desplazado por tres clados distintos.
Durante el Paleozoico y el Mesozoico, la vida anfibia fue parte crucial de la biósfera. Hace unos 360 a 120 millones de años, buena parte del mundo estaba cubierto por zonas semi inundadas, formando extensos pantanos y ciénagas. En ese hábitat complejo vivía un sinfín de criaturas pegajosas y de cuerpo húmedo, las cuales pasaban buena parte del día sumergidas. En conjunto conformaban la subclase Labyrinthodontia.
El concepto laberintodontes (o laberintodontos) fue acuñado en 1860 por el biólogo y paleontólogo inglés Richard Owen, y era un superorden que agrupaba a los anfibios primitivos, reptiliomorfos y tetrápodos basales. Sin embargo, con el correr del tiempo y de investigaciones posteriores, ha sido desplazado para dar origen a tres clados diferentes: Ichthyostegalia (ichthyostega), Temnospondyli (temnospóndilos) y Reptiliomorpha (reptiliomorfos).
Muchos de estos seres arcaicos tenían un aspecto parecido al de las salamandras, pero más grandes. Aunque otros eran también bastante diferentes. El nombre de la subclase de los laberintodontes estaba dado por la extraña morfología interna de sus dientes, bastante intrincada tal como si fuese un laberinto.
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