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martes, 5 de mayo de 2020

Evolución de los proboscideos

Estos mamíferos aparecieron en el mundo hace varios millones de años. La piedra angular de este orden fue el diminuto Moeritherium.

El elefante es por lejos el animal terrestre más grande de la actualidad. Estos enormes paquidermos son criaturas maravillosas y únicas. Sin embargo, son el fruto de millones de años de evolución del orden Proboscidea, el cual se remonta al ya lejano Paleoceno.
Evolución de los proboscídeos.

El primer proboscídeo que existió fue el diminuto Moeritherium, un paquidermo pequeño que era del porte de un chancho. El primer proboscídeo de tamaño grande que existió fue el Deinotherium, que habitó el mundo durante el Eoceno y Oligoceno.

Sin embargo, la época dorada de los proboscídeos fue durante el Plioceno y Pleistoceno, cuando el orbe estaba dominado por titanes como el Stegodon (con sus inconfundibles colmillos gigantes), pero además por los monumentales Mamuts y también por el peludo Mastodonte, increíble mamífero que habitó casi toda la faz de la Tierra.

Fue recién a fines del Pleistoceno y comienzos del Holoceno que surgen los dos géneros del elefante actual: Loxodonta (elefante africano) y Elephas (elefante asiático).

domingo, 2 de febrero de 2020

Los elefantes también pueden sufrir por amor

Su excelente memoria, que les permite recordar lugares u otros animales que vieron hace años, es lo que hace que relacionen y sientan emociones mucho más complejas.

Para nadie es un misterio que los elefantes son uno de los mamíferos más inteligentes existentes en la naturaleza. Pero lo que sí ha sido un misterio por mucho tiempo son todos los secretos que esconde su cerebro. Y recientes investigaciones han vislumbrado algo en verdad increíble: un elefante no sólo es capaz de sentir amor, sino que incluso es capaz de llegar a sufrir por penas afectivas, que en algunos casos puede hasta causarles la muerte.

Los elefantes tienen sentimientos.
El enorme cerebro del elefante es una de las estructuras más privilegiadas del reino animal. Bien conocida es su capacidad de almacenar todo gracias a una excelente memoria, con la cual recuerda situaciones vividas en el pasado. Y es probablemente esta facultad la que le permite confrontar todas esas emociones almacenadas, para así desencadenar en sensaciones aún más complejas, las cuales alguna vez se pensó que eran exclusivas del humano.

Al ser llevado a la práctica, no cuesta darse cuenta de que estos animales en verdad sí parecen tener sentimientos. Según cuentan diversas publicaciones, el lazo entre la madre elefante y su cría es uno de los más fuertes de la naturaleza, lo cual hace que la progenitora algunas veces permanezca en la manada de sus retoños durante toda la vida, para así estar siempre cerca de ellos.
Pero sin dudas, lo más sorprendente es la forma en cómo un elefante enfrenta la muerte. Cuando muere un pariente cercano, el elefante permanece horas o incluso días junto al cadáver, acariciando con su trompa la cabeza el cuerpo inerte y caminando en círculos alrededor de él.

Para los elefantes, la muerte es algo muy serio y los afecta demasiado. A tal punto que cuando uno de la manada muere, es habitual que el resto al pasar por el lugar en donde yace el cuerpo, se detengan probablemente para recordarlo. Quienes han estado muy en contacto con estos enormes paquidermos aseguran que ellos en verdad tienen sentimientos, y que cada vez que pueden tienden a demostrarlos.

Increíbles curiosidades sobre los Elefantes

Acá les presentamos una serie de peculiaridades que hacen a esta especie una de las más extraordinarias que existen en el reino animal.

Si hay un animal terrestre que en verdad impacta cuando se le ve, sobre todo en su hábitat natural, es el elefante. En la actualidad existen tres especies diversas, todas bastante amenazadas. A continuación les presentamos una serie de características que hacen de esta criatura algo único en el mundo.
Pequeño elefantito.

1) El elefante cuando ve un cadáver de cualquier otra especie animal junto a él, actúa con total indiferencia. Pero cuando se trata de un elefante muerto, se acerca a rendirle una especie de homenaje póstumo, tocándolo con su tropa o sus patas.

2) Eso de que el elefante le teme a los ratones es un mito. De hecho, un elefante en movimiento apenas puede ver a una criatura tan pequeña como un ratón. Lo que sí sucede es que, por alguna razón, no soportan los movimientos bruscos, lo cual los hace ponerse un poco nerviosos y agresivos. Por eso es que reaccionan de forma tan peculiar cuando están frente a un diminuto ratón.

3) Siempre el elefante anda en manadas. A menos que se trate de un individuo que ya está viejo y enfermo.

4) No existen los “Cementerios de Elefantes”. Lo que sucede es que como viven en lugares de sequía, cuando ya están agonizando parten a buscar agua, y a veces mueren en el camino. Es por eso que en algunas oportunidades se han encontrado a grupos de paquidermos inertes juntos, sobre todo en períodos de sequías extremas.

5) Los elefantes adultos duermen de pie. En cambio, los bebés descansan echados en el piso, como la mayoría de los cuadrúpedos.

6) Los elefantes se bañan en el fango no porque sean cochinos: es para refrescarse y para eliminar los parásitos de su piel.

7) Según aseguran los entendidos, el té más sabroso del mundo es uno que se produce en base al excremento de elefante, al cual se le llama “Marfil Negro”. Pero además, también es el más caro, ya que un kilo de este té en base a los desechos orgánicos del paquidermo puede costar hasta 850 Euros.

8) Un elefante africano adulto pesa unas siete toneladas, siendo el animal terrestre de mayor envergadura. Además, uno de estos animales puede comer hasta 200 kilos de comida al día.

9) La trompa la usan tanto para recolectar su comida, como también para expresar diversas clases de emociones.

10) El macho abandona la manada cuando tiene más o menos unos diez años. En cambio, las hembras se quedan hasta que envejecen junto a la manada.

11) Los colmillos les sirven para defenderse, pero también para impresionar a una hembra cuando andan buscando pareja.

12) Son totalmente herbívoros. Es decir, sólo se alimentan de raíces, hierbas y de la corteza de algunos árboles.

13) Para tomar agua, lo que hacen es absorberla con la trompa, y gracias a ella la llevan hasta la boca.

14) Pese a ser un animal enorme y aparentemente lento, un elefante puede correr a una velocidad de hasta 40 km/h en distancias cortas; es decir, son tan rápidos como un atleta olímpico.

15) Un elefante vivir fácilmente hasta 70 años. Esta edad puede ser muy elevada para un animal que no dispone de los fármacos ni las medicinas que poseen los humanos. El récord es longevidad lo tuvo un ejemplar que llegó a los 82 años.

16) El elefante africano tiene orejas tres veces más grandes que el elefante asiático. Además, cada oreja de un elefante es única, como las huellas dactilares de los humanos.

17) El elefante tiene el cerebro más grande del reino animal.

18) Así como las vacas mugen, los perros ladran, los leones rugen y las ovejas balan… los elefantes barritan.

19) El elefante más grande que se haya visto fue uno que vivía en Angola, que medía 3.96 metros de alto y pesaba once toneladas.

20) Los elefantes más populares de la cultura popular son “Dumbo”, un simpático personajes de Disney, además de “Ganesha”, una de las deidades más adoradas en la India hasta el día de hoy.

sábado, 1 de febrero de 2020

Proboscídeos prehistóricos: No sólo existió el mamut

Durante el Mioceno, Plioceno y el Pleistoceno el mundo estuvo poblado por criaturas impresionantes.
Paquidermos primitivos.

Cuando se comenta de los antepasados primitivos que tuvieron los elefantes actuales, por lo general el tema se cierra en torno a la existencia del mamut. Y lo curioso del caso es que se habla de "el mamut" para referirse al mamut lanudo o Mammuthus primigenius, como si ese hubiera sido el único mamut que existió. Y en rigor hubo muchos otros mamuts, algunos de los cuales eran aún mucho más grandes e imponentes: Mammuthus trogontherii, Mammuthus columbi y el Mammuthus meridionalis eran algunos de ellos. 

Sin embargo durante esos tiempos existieron muchos otros proboscídeos no tan conocidos, pero igualmente interesantes. Uno de ellos fue el impresionante Deinotherium (uno de los mamíferos terrestres más gigantes que ha existido), también estuvo el Anancus (provisto de cuernos con un largo casi surrealista), el Gomphotherium (que tenía cuatro cuernos), además del enano Moeritherium o del extrañísimo Platybelodon. Como pueden ver, el maravilloso mundo de los "elefantes primitivos" daba para todos los gustos...

martes, 28 de enero de 2020

Stegodon: El elefante primitivo de colmillos gigantes

Este impresionante proboscídeo existió durante el Plioceno y el Pleistoceno, extinguiéndose recién hace unos 4 mil años.
El imponente Stegodon

Uno de los proboscídeos más increíbles que han existido fue el magnífico Stegodon ("Diente con techo"), el cual fue nada menos que un género evolutivo compuesto por varias especies de paquidermos que se caracterizaron por tener unos colmillos hiperdesarrollados.

Los Stegodon vivieron en día es Asia durante el Plioceno y el Pleistoceno, apareciendo hace 11,6 millones de años y extinguiéndose recién hace 4.100 años. Los ejemplares de mayor tamaño medían 4 metros en cruz (hasta los hombros), 5 metros de altura hasta la cabeza, y 8 metros de largo. Sin embargo uno de sus principales distintivos eran sus enormes colmillos que llegaban a medir hasta tres metros de largo. Debido al peso que le significaban sus colmillos bestiales, este mamífero estaba dotado de una notable y poderosa musculatura cervical.

Si bien por mucho tiempo se pensó que los stegodones fueron parte de un tronco evolutivo común con los elefantes actuales y los mamuts, la ciencia ha determinado que en realidad no estaban emparentados, pese a sus evidentes similitudes morfológicas. Es decir, el extinto Stegodon no puede ser considerado un antepasado del elefante, ni de ninguna otra criatura contemporánea.

domingo, 26 de enero de 2020

Palaeoloxodon: El elefante más grande que ha existido

Este animal medía poco más de 5 metros de altura en cruz, y era una bestia formidable que llegaba a pesar no menos de 22 toneladas.
Palaeloxodon namadicus.

Habitualmente se considera que el gigantesco Paraceratherium fue el mamífero terrestre más grande que ha existido. Sin embargo, es sabido que durante la prehistoria existió un animal que prácticamente lo igualaba en altura, pero que lo superaba ampliamente en peso: el Palaeoloxodon, que no era más que un colosal elefante de poco más de 5 metros de altura, 12 metros de largo, y un peso que estaba por sobre las 22 toneladas (harto más que las 15 o 16 que pesaba el Paraceratherium).

Palaeoloxodon fue un género extinto de enormes proboscídeos, siendo su especie más conocida y más grande el bestial Palaeoloxodon namadicus, el cual se extinguió hace unos 700 mil años. Este imponente herbívoro tuvo un alcance casi global, ya que sus restos han sido hallados en lugares tan remotos entre sí como la India, Japón, Alemania, Chipre, Italia, Malta e Inglaterra. 

De más está decir que el Palaeoloxodon namadicus fue el paquidermo más grande que ha existido, incluso por sobre el voluminoso Mammuthus columbi, que también aparece en el podio de los mamíferos terrestres más titánicos de los que se tienen registros.

Además del Palaeoloxodon namadicus existió otra especie de tamaño casi similar, pero que se caracterizaba por tener una enorme  protuberancia en el cráneo. Este proboscídeo con la frente bombeada tenía el nombre de Palaeloxodon recki, y también fue un coloso monumental.

Galería de imágenes: Palaeoloxodon recki y Palaeoloxodon namadicus












domingo, 19 de enero de 2020

La evolución del elefante

Los proboscídeos aparecieron en el mundo hace varios millones de años. La piedra angular de este orden fue el diminuto Moeritherium.

El elefante es por lejos el animal terrestre más grande de la actualidad. Estos enormes paquidermos son criaturas maravillosas y únicas. Sin embargo, son el fruto de millones de años de evolución del orden Proboscidea, el cual se remonta al ya lejano Paleoceno.
Evolución de los proboscídeos.

El primer proboscídeo que existió fue el diminuto Moeritherium, un paquidermo pequeño que era del porte de un chancho. El primer proboscídeo de tamaño grande que existió fue el Deinotherium, que habitó el mundo durante el Eoceno y Oligoceno.

Sin embargo, la época dorada de los proboscídeos fue durante el Plioceno y Pleistoceno, cuando el orbe estaba dominado por titanes como el Stegodon (con sus inconfundibles colmillos gigantes), pero además por los monumentales Mamuts y también por el peludo Mastodonte, increíble mamífero que habitó casi toda la faz de la Tierra.

Fue recién a fines del Pleistoceno y comienzos del Holoceno que surgen los dos géneros del elefante actual: Loxodonta (elefante africano) y Elephas (elefante asiático).