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viernes, 15 de enero de 2021

Mesohippus: El diminuto caballo primitivo que habitó Norteamérica

 Este mamífero prehistórico existió durante el Oligoceno. Su tamaño en un individuo adulto fluctuaba entre los sesenta y ochenta centímetros. 

El caballo es uno de los mamíferos más representativos del mundo actual. Pero los equinos no siempre fueron como los vemos ahora. Curiosamente -y a diferencia de muchos otros animales actuales- sus antepasados prehistóricos fueron seres bastante más pequeños y menudos que los ejemplares modernos. 

El primer representante conocido de la familia Equidae (equinos) fue el Hyracotherium, una especie de mini caballo del porte de un perro pequeño, el cual vivió en lo que actualmente es Gran Bretaña. Levemente más desarrollado que este animal, y bastante más conocido, fue el Mesohippus, un mamífero perisodáctilo que vivió en Norteamérica hace 40 millones de años.

Con un tamaño que fluctuaba entre los 60 y 80 centímetros de largo, el Mesohippus fue una de las criaturas más comunes de las praderas norteamericanas durante el Oligoceno. Este animal fue herbívoro, y se caracterizó por tener una dieta basada principalmente en las hojas y ramas de los arbustos. Al igual que el Hyracotherium, también fue parte de la familia Equidae. 

Hasta ahora se ha descrito la existencia de más de una docena de especies distintas (pero parecidas entre sí) que pertenecieron al género Mesohippus. Este animal fue descubierto y clasificado en 1875 por el célebre paleontólogo estadounidense Othniel Marsh, quien fue considerado una de las mayores eminencias en su área durante el prolífico siglo XIX.

Galería de imágenes: Mesohippus

 








miércoles, 13 de mayo de 2020

Brontotherium: La poderosa y corpulenta "Bestia del trueno"

Este brutal mamífero prehistórico también es conocido como Megacerops.
Un gigante de la Prehistoria.

El rinoceronte actual tuvo una especie de clon prehistórico, el cual era un bruto cuya corpulencia le hizo ganarse el nombre de Brontotherium "Bestia del Trueno". Poseedor de un físico imponente, este cuadrúpedo herbívoro podía llegar a medir más de 2,5 metros de alto por 4,5 metros de largo, y pesar más de tres toneladas y media.

Tal vez la cualidad más distintiva del Brontotherium eran sus dos grandes cuernos romos, los cuales si bien podía usar como mecanismo de defensa, su función era básicamente impresionar a su pareja circunstancial previo al acto reproductivo. Visto de frente, estos dos extraños cachos (que la mayoría de las veces nacían de un tronco común) tenían un aspecto de catapulta, lo cual le valió ser rebautizado con el nombre de Megacerops ("Cara cornuda gigante").

Este titán puede ser denominado indistintamente como Brontotherium o como Megacerops, siendo ambas denominaciones correctas. Existió hace unos 30 a 38 millones de años, durante el Oligoceno y Eoceno en lo que actualmente es Norteamérica.

Al igual que el gigantesco Embolotherium, el Brontotherium también perteneció a la familia de los brontotéridos, es decir no era un rinoceronte propiamente tal (aunque obviamente se le parecía bastante). 

martes, 14 de abril de 2020

Leptomeryx: El ciervo enano de la Prehistoria

Este mamífero extinto habitó las tierras de Norteamérica durante el Eoceno y Oligoceno, hace ya unos 24 a 38 millones de años.
Leptomeryx y sus ojos gigantes.

El mundo durante el Eoceno y Oligoceno estaba dominado por los grandes mamíferos. Durante esa época ya habían desaparecido los imponentes dinosaurios, siendo los amos y señores del orbe los enormes mamuts y los feroces tigres dientes de sable. Sin embargo, no todos los mamíferos de aquel entonces eran colosos o bestiales. También existieron algunos pequeños y escurridizos, como fue el caso del diminuto Leptomeryz, uno de los ciervos más chicos de la Prehistoria.

Provisto de una figura esbelta, un cuerpo delgado y extremidades ligeras, el Leptomeryx fue un género extinto de rumiantes que existió hace ya 24 a 38 millones de años en las praderas de Norteamérica. En total se ha logrado clasificar a seis especies distintas pertenecientes al género Leptomeryx, siendo las más representativas el Leptomeryx blacki, Leptomeryx evansi y Leptomeryx mammifer. 

Tanto en forma como en dimensiones, el pequeño Leptomeryx se parecía bastante al pudú actual (Pudu puda), que existe en las zonas boscosas de Chile y Argentina. Sin embargo, tenía la singular característica de poseer unos ojos muchísimo más grandes.

Galería de imágenes: Leptomeryx




sábado, 22 de febrero de 2020

Meiolania: La brutal tortuga primitiva que tenía cachos

Este quelonio con cornamenta vivió durante el Oligoceno hasta el Holoceno, extinguiéndose recién hace unos dos mil años.
Un quelonio impresionante.

Hace apenas unos dos mil años dejó de existir uno de los géneros de tortugas más impresionantes que haya pisado la faz de la Tierra: el Meiolania, un quelonio gigante de casi tres metros de largo, el cual estaba provisto de una cola gruesa y robusta, y además poseía una imponente cornamenta con grandes cuernos laterales. Sus cachos eran muy parecidos a los de un toro, lo cual le brindaba una apariencia casi demoníaca.

Cuatro fueron las especies que componían el género Meiolania, las cuales eran Meiolania brevicollisMeiolania platyceps, Meiolania mackeyi Meiolania oweni. Todas ellas habitaron en Australia y Nueva Caledonia durante el Oligoceno y el Holoceno. Son consideradas las tortugas terrestres más grandes que han existido en nuestro planeta, superando ampliamente en tamaño a los actuales galápagos.

Galería de imágenes: Meiolania








sábado, 1 de febrero de 2020

Brontotherium: La poderosa y corpulenta "Bestia del trueno"

Este brutal antepasado del rinoceronte también es conocido como Megacerops.
Un gigante de la Prehistoria.

El rinoceronte actual tuvo dentro de sus antepasados muy lejanos a un bruto cuya corpulencia le hizo ganarse el nombre de Brontotherium "Bestia del Trueno". Poseedor de un físico imponente, este cuadrúpedo herbívoro podía llegar a medir más de 2,5 metros de alto por 4,5 metros de largo, y pesar más de tres toneladas y media.

Tal vez la cualidad más distintiva del Brontotherium eran sus dos grandes cuernos romos, los cuales si bien podía usar como mecanismo de defensa, su función era básicamente impresionar a su pareja circunstancial previo al acto reproductivo. Visto de frente, estos dos extraños cachos (que la mayoría de las veces nacían de un tronco común) tenían un aspecto de catapulta, lo cual le valió ser rebautizado con el nombre de Megacerops ("Cara cornuda gigante").

Este titán puede ser denominado indistintamente como Brontotherium o como Megacerops, siendo ambas denominaciones correctas. Existió hace unos 30 a 38 millones de años, durante el Oligoceno y Eoceno en lo que actualmente es Norteamérica.

Al igual que el gigantesco Embolotherium, el Brontotherium también perteneció a la familia de los brontotéridos, es decir no era un rinoceronte, pese a la evidente similitud física. 

viernes, 31 de enero de 2020

Anthracotherium: El insólito ungulado del Oligoceno que existió en casi todo el mundo

Este extraño animal extinto es considerado como un pariente lejano tanto de los hipopótamos como de los primeros ancestros de las ballenas.
Un mamífero realmente extraño.

La prehistoria fue telón de fondo perfecto para que en la gran obra de la evolución aparecieran un sinnúmero de inauditas criaturas que eran tan raras que nunca más se volvieron a ver. Una de ellas sin dudas era el extraño Anthracotherium, un peculiar mamífero cuadrúpedo que estaba emparentado con los actuales hipopótamos pero también con los ancestros primitivos de las ballenas. Existió hace unos 34 a 23 millones de años (período Oligoceno), poblando gran parte del planeta: sus restos han sido desenterrados tanto en Europa como en Asia, Norteamérica y África.

El Anthracotherium ("Bestia del carbón") tenía la cualidad de ser un herbívoro que poseía 44 dientes. Perteneció el grupo de los ungulados, es decir mamíferos que se apoyan y caminan sobre el extremo de sus dedos, y la punta de sus patas está cubierta de pezuñas. En otras palabras, este estrambótico ser estaba relacionado tanto con los hipopótamos, como con las ballenas y las cabras: sin dudas un verdadero puzzle viviente que alguna vez fue parte de la evolución.

Se ha logrado determinar que el Anthracotherium magnum (la especie europea de este género de animales) fue la más grande que existió, y medía hasta dos metros de largo, llegando a pesar más de 250 kilos.

miércoles, 29 de enero de 2020

Mastodonte: Un elefante peludo de alcance global

Pocos animales prehistóricos fueron capaces de poblar casi todo el orbe en forma tan exitosa como alguna vez lo hizo el mastodonte. Este paquidermo primitivo era parecido al mamut lanudo, pero con algunas pequeñas diferencias

Durante la prehistoria, buena parte del mundo estaba cubierta por bosques, estepas y llanuras. Fue en ese contexto dónde se dieron las condiciones necesarias para que un animal sobrepoblara el globo terráqueo: el Mastodonte. Hablar de este proboscídeo es referirse al paquidermo más exitoso que haya existido, ya que sus manadas pastaron en los prados de toda América y Europa, además grandes extensiones de Asia y África.

El mastodonte era un mamútido que conformó la base de la familia Mammutidae o Mastodontiae, y estaba muy emparentado con los verdaderos mamuts (los cuales pertenecían a una familia distinta llamada Elephantidae). Este cuadrúpedo herbívoro apareció en el mundo hace 20 millones de años durante el Oligoceno, y terminó de extinguirse recién hace unos 8 mil años (Holoceno), debido una vez más a la caza indiscriminada por parte del ser humano.


Un animal lanudo y amistoso
El mastodonte era parecido a un elefante, pero completamente peludo. Muchos lo asocian al mamut lanudo, pero sin esa gran protuberancia en su cabeza, lo que lo hacía tener un aspecto muy distinto. Este paquidermo parecía ser una criatura afable, y además no era tan grande: medía 3,5 metros de altura y pesaba poco más de seis toneladas. El tamaño de sus colmillos era variable, pero se han encontrado ejemplares que tuvieron colmillos curvados de hasta 5 metros de largo.

Al igual que todos los proboscídeos que han terminado por extinguirse, la cruel cacería por parte del hombre jugó un papel preponderante. Apenas el humano aprendió a cazar, la población de mastodontes fue disminuyendo dramáticamente, y aquel verdadero "imperio" que alguna vez se extendió por cuatro continentes terminó por transformarse en lastimeros rebaños que en vano intentaban esconderse de un predador mucho más inteligente y despiadado que él, contra el cual jamás pudo encontrar un mecanismo de defensa. Los últimos días del mastodonte fueron aún más tristes: los escasos individuos que iban quedando perecieron víctimas de una epidemia de tuberculosis, la cual terminó por sepultar para siempre a uno de los animales más maravillosos que haya conocido el planeta.

Daeodon: El siniestro antepasado del jabalí fue uno de los mamíferos más violentos que ha existido

Este animal fue el entelodóntido más grande de todos los tiempos, llegando a medir lo mismo que un búfalo actual.

Los entelodóntidos fueron un grupo de bestias prehistóricas muy parecidas al cerdo y jabalí actuales, pero bastante más robustas. Además de ello, estaban provistos de dientes mucho más grandes y afilados, como así también de patas largas, lo que hace pensar que fueron avezados corredores.
Un monstruo de cuatro patas.

Dentro de esta peculiar familia de seres extintos hace unos 19 millones de años figuró el más grande de todos: el Daeodon shoshonensis ("Diente terrible"), el cual medía 1,80 metros de altura en cruz (desde las patas hasta los hombros), llegando a tener dimensiones muy similares a las de un búfalo actual. Uno de los caracteres más particulares de esta bestia fue su enorme cabeza, la cual estaba conformada por un cráneo de 90 centímetros de largo, en el cual podía apreciarse una mandíbula realmente poderosa y un arsenal de dientes no menos intimidantes.

Esta fornida criatura habitó en Norteamérica durante el Oligoceno y el Mioceno, hace unos 29 a 19 millones de años. Si bien habitó una vasta zona geográfica, tampoco puede decirse a ciencia cierta que haya sido un animal muy abundante.

El Daeodon bien podría ser considerado como "el cerdo del infierno", no sólo debido a sus enormes dimensiones sino a que también era un cuadrúpedo que comía carne. Si bien se ha logrado determinar que era omnívoro (se alimentaba casi de todo), su dentadura estaba perfectamente diseñada para desgarrar a otros animales, ya sea vivos o muertos. Es decir, este chancho terrorífico no sólo era un efectivo carroñero, sino que además era un temido cazador.

Arsinoitherium: El brutal rinoceronte de dos cuernos

Estos animales vivieron en lo que actualmente es el norte de África, hace unos 30 millones de años. Pesaba casi tres toneladas.

Rinoceronte de dos cachos.

De todos los antepasados de los actuales rinocerontes, tal vez ninguno fue tan intimidante como el bestial Arsinoitherium. Este mamífero de 2,13 metros de altura en cruz, 3,5 metros de largo y casi tres toneladas de peso era muy parecido al rinoceronte blanco actual, con la gran diferencia de que poseía dos cachos enormes en vez de solamente uno.

El Arsinoitherium fue un género extinto de mamíferos placentarios que vivieron desde el Eoceno hasta el Oligoceno, hace unos 36 a 27 millones de años, siendo el último en desaparecer su ejemplar más grande: el Arsinoitherium giganteum.

Estos colosos del pasado existieron en el norte de África, preferentemente en lo que hoy en día es Etiopía. Sin embargo también se ha logrado hallar fósiles de este robusto cuadrúpedo en lugares tan remotos como Mongolia.

martes, 28 de enero de 2020

Baluchitherium: ¿El mamífero terrestre más grande que ha existido?

Este coloso prehistórico existió entre el Oligoceno y el Mioceno, y medía 7,5 metros de alto desde la cabeza al piso, 5 metros de altura en cruz y 8 metros de largo sin contar su cola

Hace 16,6 millones de años dejó de existir el que por años fue considerado como el mamífero terrestre más enorme que ha pisado la faz de la Tierra: el Paraceratherium ("bestia casi cornuda"). Este animal extinto fue descubierto en 1911, y desde ese entonces ha recibido diversas denominaciones como Baluchitherium (1913) o Indricotherium (1915), creyendo que se trataba de animales distintos. En la actualidad se sabe que todos esos nombres hacen referencia a la misma criatura gigante que existió entre el Oligoceno y el Mioceno, y por ende se les considera sinónimos.

Si bien el Indricotherium era un titán imponente, la ciencia ha determinado que el trono de ser el mamífero terrestre más grande de la historia en realidad era un honor que debió compartir con un elefante arcaico realmente monumental: el Palaeoloxodon namadicus.
El gigante Indricotherium

El Baluchitherium fue un verdadero coloso de los tiempos pretéritos, el cual se destacó por ser un herbívoro de dimensiones desproporcionadas que hacía retumbar el piso con tan sólo caminar. Se estima que medía al menos 7,5 metros de altura desde el suelo a la cabeza, además de 5 metros de alto en cruz y 8 metros de largo sin contar su diminuta cola. Se le considera un ceratomorfo, por lo cual estaba emparentado con los rinocerontes actuales, claro que mucho más grande y sin cacho.

Las dimensiones del cerebro de este gigante -que era muy chico en relación a su brutal cuerpo cuadrúpedo- hacen pensar que se trataba de un animal bastante básico en cuanto a su comportamiento, y con una escasa afectividad social (como la que poseen los elefantes actuales), por lo cual es muy probable que haya sido una criatura solitaria que rara vez andaba en manadas o clanes. Lo más seguro es que los machos se juntaban con la hembra solamente para procrear, y sería.

El Paraceratherium vivió en la zona central de Asia, en llanuras cuya vegetación era muy similar a la de la sabana actual. Como buen herbívoro se alimentaba de las hojas de los árboles, así como hoy en día lo hacen las jirafas. Pese a su apariencia intimidante, se trataba de un mamífero tranquilo, que prefería evitar el peligro que enfrentarlo.

lunes, 27 de enero de 2020

Anisodon: El gigante apacible del Período Cenozoico

Este enorme mamífero herbívoro habitó diversos puntos del globo terráqueo por varios millones de años. 
El inmenso Anisodon.

Con 3,4 metros de altura y casi 200 kilos de peso, el Anisodon era una criatura imponente que con su sola estampa imponía respeto. Sin embargo este coloso peludo prehistórico distaba mucho de haber sido una bestia furibunda como podría haberse creído. En realidad era un gigante apacible, de movimientos lentos y pausados, que prefería esconderse ante el peligro en vez de usar la fuerza bruta.

Este animal fue uno de los miembros de la familia de los calicoterios, y podría considerarse como el pariente más cercano al enorme Chalicotherium. Ambas especies pertenecían a la familia Chalicotheriidae y se semejaban mucho físicamente, sobre todo en el aspecto caballuno de su cabeza, y en la forma del cuerpo: bastante corpulento y provisto de inmensas extremidades anteriores y cortas pero gruesas patas traseras.

El Anisodon habitó en una extensa zona geográfica, la cual iba desde lo que actualmente es Mongolia hasta España. Los restos de este herbívoro han sido encontrados principalmente en Mongolia, China y Francia. Existió por durante varios millones de años, en un período que comprendió gran parte del Plioceno, todo el Mioceno y los comienzos del Oligoceno.

jueves, 23 de enero de 2020

Daeodon o Dinohyus: El siniestro antepasado del jabalí fue uno de los mamíferos más violentos que haya existido

Este animal fue el entelodóntido más grande de todos los tiempos, llegando a medir lo mismo que un búfalo actual.
Un monstruo de cuatro patas.

Los entelodóntidos fueron un grupo de bestias prehistóricas muy parecidas al cerdo y jabalí actuales, pero bastante más robustas. Además de ello, estaban provistos de dientes mucho más grandes y afilados, como así también de patas largas, lo que hace pensar que fueron avezados corredores.


Dentro de esta peculiar familia de seres extintos hace unos 19 millones de años figuró el más grande de todos: el Daeodon shoshonensis ("Diente terrible"), el cual medía 1,80 metros de altura en cruz (desde las patas hasta los hombros), llegando a tener dimensiones muy similares a las de un búfalo actual. Uno de los caracteres más particulares de esta bestia fue su enorme cabeza, la cual estaba conformada por un cráneo de 90 centímetros de largo, en el cual podía apreciarse una mandíbula realmente poderosa y un arsenal de dientes no menos intimidantes.

Esta fornida criatura habitó en Norteamérica durante el Oligoceno y el Mioceno, hace unos 29 a 19 millones de años. Si bien habitó una vasta zona geográfica (sus restos se han encontrado en diversos puntos de Estados Unidos), tampoco puede decirse a ciencia cierta que haya sido un animal muy abundante.
¿The last Dinohyus?

El Daeodon (también conocido como Dinohyus) bien podría ser considerado como "el cerdo del infierno", no sólo debido a sus enormes dimensiones sino a que también era un cuadrúpedo que comía carne. Si bien se ha logrado determinar que era omnívoro (se alimentaba casi de todo), su dentadura estaba perfectamente diseñada para desgarrar a otros animales, ya sea vivos o muertos. Es decir, este chancho terrorífico no sólo era un efectivo carroñero, sino que además era un temido cazador: de hecho, es muy probable que haya sido la bestia más brutal de sus tiempos, ubicándose en la cúspide de la pirámide trófica junto a los humanos primitivos.

domingo, 19 de enero de 2020

Basilosaurus: La siniestra ballena primitiva con aspecto de serpiente

Este cetáceo extinto apareció a finales del Eoceno, y se mantuvo vigente hasta el Oligoceno. En su momento llegó a ser uno de los principales predadores acuáticos, un verdadero demonio marino. 
El terror de los mares.

Tal vez debido a su apariencia parecida a una anguila o serpiente gigante, fue que en un comienzo se pensó que el Basilosaurus era un reptil y no un cetáceo. Por eso mismo es que fue denominado con dicho nombre científico, que significa "reptil rey". Sin embargo, en la actualidad se sabe que esta criatura fue el cetáceo más voraz que haya existido.

Este mamífero prehistórico apareció a finales del Eoceno, y se extinguió a comienzos del Oligoceno. Sus restos han sido hallados en lugares tan diversos como Estados Unidos, Egipto y Pakistán. Se trató de una bestia marina de grandes proporciones, que pudo haber llegado a medir entre 18 a 24 metros de largo, lo cual sumado a su evidente ferocidad, lo hacen postular a ser uno de los seres acuáticos más temibles que haya existido.

Según se ha podido comprobar, Basilosaurus fue un género, el cual estaba compuesto por al menos tres especies distintas: Basilosaurus cetoides, Basilosaurus drazindai Basilosaurus isis.

sábado, 18 de enero de 2020

Hyaenodon: La imponente y colosal hiena prehistórica

Este impresionante animal prehistórico apareció hace 42 millones de años y se extinguió hace 15 millones de años, habitando el mundo durante el Eoceno, Oligoceno y principios del Mioceno. 
La hiena más feroz.

Hace 42 millones de años apareció la hiena más brutal y gigantesca que haya pisado la faz de la Tierra: el Hyaenodon, un enorme mamífero carnívoro y carroñero de unos tres metros de largo, perteneciente al orden de los creodontos. Su descomunal potencia de mordida lo hizo ser una de las criaturas más temibles del Neógeno y Paleógeno de la Era Cenozoica.

Este animal existió durante la segunda mitad del Eoceno, todo el Oligoceno y la primera parte del Mioceno, período en el que sembró el terror por más de 20 millones de años. Considerando que la mayoría de los géneros de mamíferos duran en promedio 5 millones de años, se puede considerar al Hyaenodon como un verdadero superviviente que logró adaptarse a muchos de los bruscos cambios climáticos y evolutivos de los difíciles tiempos en que le tocó existir.

Bien puede considerarse al Hyaenodon ("diente de hiena") como un animal global, ya que pobló diversos continentes: África, Norteamérica, Asia y Europa. Este género extinto abarcó más de diez especies distintas, siendo las versiones asiáticas las más robustas.

Si bien era un animal omnívoro, el Hyaenodon se destacó por ser un cazador despiadado, siendo algunas de sus presas predilectas el Mesohippus (caballo enano) y el rumiante Leptomeryx.

Galería de imágenes: Hyaenodon